martes, 19 de febrero de 2013

Sonidos que curan: Cuenco tibetano





 


Aunque su historia fué siempre un misterio se piensa que se crearon hace unos 3.000 años, cuando la Edad de Bronce china.

Cuentan que hace mucho tiempo cayó un meteorito cerca de una aldea, al caer, éste se desintegró en muchos trozos. Los habitantes del pueblo hicieron con este metal un cuenco para las ofrendas sagradas, dándose cuenta que al rozarlo con una vara de madera emitía sonidos, y éstos a su vez producían beneficios saludables.











Así, desde hace siglos los lamas tibetanos siguen fabricando estos cuencos utilizándolos tradicionalmente para la sanación y meditación. Cada uno tiene un sonido básico, y de éste derivan otros tonos, más altos y más bajos.

Se hacen con una aleación de 7 metales, correspondientes a 7 cuerpos celestes:
  • Oro: el Sol.
  • Mercurio: Mercurio.
  • Plata: la Luna.
  • Hierro: Marte.
  • Estaño: Júpiter.
  • Plomo: Saturno.
  • Cobre: Venus.













Cuando se hacen sonar los cuencos, las vibraciones penetran por todo el cuerpo y sus sonidos son capaces de encontrar los bloqueos energéticos, siendo utilizado más cada vez con fines terapéuticos.

Sus vibraciones nos inducen a una relajación total, armonizando nuestro ser. Además limpia nuestra aura y los chakras, equilibra los hemisferios cerebrales, estimula la meditación y limpia el entorno de energías negativas.







viernes, 8 de febrero de 2013

Dalai Lama








 Tanzin Gyatso, 14 Dalai Lama es el líder espiritual y político del pueblo tibetano. Nació en la aldea de Takster, en el norte del Tibet. Sus padres, humildes campesinos lo criaron como a cualquier niño en aquella época y con escasos medios. Cuando murió el decimotercer dalai lama en 1.933, los monjes tibetanos buscaron su reencarnación, y después de varios años la encontraron en este niño de dos años y medio.
















En 1.940 partió a Lhasa, capital del Tibet; allí lo educaron rigurosamente, estudiando todos los preceptos budistas. En 1.950 el ejército chino invadió el Tibet, y en 1.959 se vió obligado a exiliarse , acompañado de unos 100.000 tibetanos, a la India. Desde aquí comenzó una campaña en favor de la causa tibetana por todo el mundo, recibiendo en 1.989 el premio Nobel de la Paz, continuando en la actualidad con esta tarea.




















 










 
Mensaje de Su Santidad el Dalai Lama:

 “Por grande que sea vuestra veneración por los Maestros tibetanos y vuestro amor por el pueblo tibetano, no digáis nada malo sobre los chinos. Las llamas del odio sólo pueden ser extinguidas por el amor y si el fuego del odio no se extingue es porque el amor aún no es lo suficientemente fuerte.”